El motivo de esta nueva entrada es la de explicar las distintas situaciones que se pueden dar en una consulta de enfermería tendiendo en cuenta la actitud del personal y la del paciente y las relaciones de ayuda que se pueden dar. La interpretación de estas situaciones está a cargo Luis Cibanal, profesor de la UA y José Ramón Martínez Riera, presidente de la AEC.
Feedback: en la primera situación se ve un correcto proceso de acogida en el cual ambos, paciente y profesional, se presentan; el profesional explica la situación de manera que al paciente le quede clara y la entienda, asegurándose de que este lo ha comprendido. Tras esto es el turno del paciente, el cual explica el motivo de su consulta; cuando acaba el profesional hace ver al paciente que ha entendido lo que le ha contado.
Empatía: como en la situación anterior hay un proceso de acogida bueno por ambas partes. Al principio, el enfermero se interesa por el paciente preguntándole lo que siente. El paciente le cuenta el motivo por el cual se ha acercado al centro de salud, al finalizar el enfermero, empáticamente, hace ver al paciente que juntos encontrarán una solución para su problema.
Paciente indiferente: en este caso el paciente, desde el momento que entra en la consulta, refleja que pasa de todo, que está ahí en contra de su voluntad. El profesional, en su intento de empatizar con él, le pregunta ¿Qué podemos hacer ante esta situación? a lo que el paciente continúa con su monólogo de que no le pasa nada, que no tiene ningún problema. Ante esto el enfermero decide llamar a casa del paciente, bajo su consentimiento, para hablar con su mujer y saber el motivo de la consulta.
Profesional cansado: desde el comienzo de esta situación se puede ver que no va a ir bien, ya que a la llegada del paciente el profesional ni siquiera se levanta de su silla y con su postura corporal manifiesta cansancio, lo que se traduce en pasotismo. El enfermero ni se presenta ni sabe como se llama el paciente, no muestra interés por el motivo de la consulta por lo que en un momento de la situación el paciente se enfada y muestra su intención de abandonar la consulta.
Paciente ansioso: en este caso se muestra a un paciente que entra ansioso a la consulta, verbaliza que le cuesta respirar. El enfermero se percata de ello y le pide que exponga su preocupación con calma para que entre los dos busquen una solución. Tras la explicación el enfermero sabe perfectamente cual es el motivo de su ansiedad: el cuidado de su madre, mayor y con diversas complicaciones.
Paciente agresivo: conforme entra el paciente en la consulta se sabe que se trata de un paciente agresivo. Verbaliza estar harto de explicar lo que le pasa a un profesional tras otro y de que lo manden de un sitio a otro. Para calmarlo el enfermero le promete que le dará una solución pero necesita que se calme y que le explique su problema. Con esta actitud el enfermero consigue que el paciente vea que se va a involucrar en su caso y que hará lo posible por darle una solución, por lo que el paciente comienza a calmarse.
Tras la visualizar estas situaciones me he dado cuenta de lo importante que es realizar una buena acogida del paciente a su llegada en la consulta. Además nos ha servido para saber que es lo que no tenemos que hacer y si lo hacemos de esa manera corregirlo.
Vuestro enfermero y amigo
Victor José Garrido Torrente
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